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Un científico de la UIB desmiente que el CO2 influya en el clima


La emisión de CO2 a la atmósfera generada por la actividad humana no produce el aumento de la temperatura global, según el catedrático de Geología de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) Luis Pomar, quien defiende los beneficios que las altas cotas de este gas tienen para la vida en la Tierra.
Pomar niega que haya una relación directa entre el aumento del CO2 y el incremento de las temperaturas y remarca que el cambio climático "ha existido, existe y existirá", aunque no determina cuáles pueden ser los motivos concretos que lo provocan.

En cualquier caso, ¿es el CO2 el culpable del cambio climático y son los hombres, con el uso de los hidrocarburos para el transporte y la actividad industria, quienes lo producen?.

"No", a juicio de Pomar, quien remarca que, según las mediciones de isótopos de boro hechas sobre sedimentos de fondos oceánicos, hace treinta y cuarenta millones de años, los índices de CO2 eran mayores que los de ahora.

De hecho, este geólogo indica que hoy en día el 0,038 por ciento de la atmósfera es CO2, mientras que hace 50 millones de años este índice ascendía hasta el 0,4 por ciento.

Además, las oscilaciones de CO2 registradas en la historia geológica no son paralelas a las de las temperaturas, de manera que, según el experto, en la Edad Media éstas últimas se incrementaron, e incluso eran más altas que en la actualidad, y las emisiones de este gas no fueron a la par.

Si se atiende al ciclo de los últimos 10.000 años, Pomar asegura que "la temperatura está bajando de forma brutal", aunque en la actualidad haya un repunte de aumento, mientras que el CO2 en la atmósfera se ha mantenido relativamente estable.

En cuanto a los verdaderos motivos del cambio climático, Pomar afirma que "no se sabe" pero que algunos autores lo atribuyen a la modificación del sistema de corrientes marinas y que hay numerosos investigadores que insisten en que el calentamiento de la Tierra no es un hecho "tan claro" como algunos quieren hacer pensar. Por ello, remarca, "hay que ser prudentes a la hora de enjuiciar" la actividad humana como culpable del cambio climático, y señala que la teoría de los perjuicios del CO2 es "una gran bola de nieve" a la que "todo el mundo se ha apuntado: científicos, políticos" y grupos empresariales que sacan beneficio de ella.

En este sentido, opinó que esta "corriente de opinión" se creó "probablemente de buena fe" pero que están sacando partido de ella los que quieren una excusa para buscar alternativas energéticas a los hidrocarburos, como la energía nuclear.

Acerca de los hidrocarburos, Pomar señala que su problema es la "fragilidad de su suministro", porque la mitad de las reservas están en manos de unos pocos países.

La teoría acerca de los efectos negativos del CO2 permite a los políticos aplicar políticas energéticas distintas porque cuentan con el apoyo social, algo que Pomar destaca como positivo, pero también sirve a grandes grupos petroleros para justificar la inyección de este gas en los pozos agotados de petróleo, para quedar bien ante la opinión pública, lamenta.

Dentro de la misma comunidad científica, Pomar señala que habrá "gente honrada" que pretenda estudiar el cambio climático y "gente que querrá sacar pasta" con las ayudas económicas, aprovechando la sensibilidad social y política en torno a la cuestión.

Para Pomar, el problema medioambiental realmente grave no son las emisiones de CO2, ya que, según asegura, éste es "altamente beneficioso para la vida" y la productividad de las plantas, sino la falta de agua. Es decir, el principal problema de la Tierra no es el aumento de las temperatura sino las sequías prolongadas en grandes áreas del planeta, aunque el científico de la UIB destaca la gran adaptación del hombre a estas adversidades gracias a su capacidad para producir energía y a los adelantos tecnológicos de los últimos cien años